lunes, 17 de octubre de 2011

La Reencarnación a la Luz de la Biblia Part I

Por: Caio Cesar Sampaio

Comenzamos con este artículo, un estudio dedicado al análisis del concepto de reencarnación contenido en las Sagradas Escrituras. Como veremos, aunque la Biblia no contiene expresamente esta palabra, en numerosos pasajes encontramos referencias que nos indican que la reencarnación era comprendida mucho antes de la aparición de Jesús.

”Nada hay encubierto que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse”.
(Mateo: 10: 26)".

Muchas personas afirman de forma tajante que la reencarnación no existe. En ocasiones  argumentan que si acaso la reencarnación existiese, ésta se encontraría de forma más explícita en la Biblia. Cuando Jesús decía que examináramos las Escrituras, su intención era que profundizásemos en el estudio bíblico para que pudiésemos comprender el mensaje. En la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento existen muchas referencias al concepto de reencarnación, aunque este término no figure de forma explícita. La Biblia que hoy conocemos pasó, a lo largo de los siglos, por diversas traducciones y otras manipulaciones, obedeciendo a diversos intereses,para que tengamos una noción: El Antiguo Testamento fue escrito en arameo primitivo, después traducido al hebreo y posteriormente al griego. Del griego al latín y de éste a los idiomas actuales. Muchas veces el traductor tiene un concepto distinto al original, o su interpretación sigue una línea dogmática particular de acuerdo con los intereses de uno o de otro sector Cristiano.Los antiguos padres de la Iglesia primitiva, como Agustín, Clemente y Orígenes, enseñaban en sus obras la doctrina de vidas sucesivas y la preexistencia del alma. Orígenes, considerado el más influyente de los teólogos, afirmaba que el alma no tenía fin, que cada alma entra en este mundo fortalecida o debilitada por sus méritos o deméritos de una vida anterior, y que su obra en este mundo determinará el hogar que habitará en un mundo posterior.
Orígenes, el más influyente teólogo de la Antigüedad, afirmaba que el alma no tenía fin, que cada alma entra en este mundo fortalecida o debilitada por sus méritos o deméritos de una vida anterior, y que su obra en este mundo determinará el hogar que habitará en un mundo posterior
En el Concilio de Constantinopla del 543 d.C., las enseñanzas evidenciadas por Orígenes fueron condenadas por el emperador Justiniano, obedeciendo a sus propios intereses. Diez años más tarde, en el segundo Concilio, concretamente en una reunión extra conciliar, fueron publicados los anatemas contra Orígenes -que implican la excomunión por parte de la Iglesia contra cualquiera que afirme ideas contrarias a los dogmas eclesiásticos-. De entre esos anatemas destacaremos el primero, que dice: “contra todo aquel que asevere la preexistencia de las almas y afirme que sea posible monstruosa reconstrucción: anatema sea”.
Se podría considerar que uno de los motivos por los cuales la reencarnación fue rechazada por la Iglesia, es el convencimiento de que ésta vendría a disminuir su poder, ya que responsabiliza al individuo, y éste se vuelve realmente dueño de su propio destino. El perdón ya no viene por mediación del representante ungido de la autoridad divina, sino que es conquistado directamente a través de la Ley de causa y efecto en las vidas sucesivas, hasta que alcance la perfección vida tras vida.

Hemos separado varios textos bíblicos para su análisis y reflexión. Los dividiremos en dos partes: la primera cubre el tiempo de la Ley y de los profetas comprendidos en el Antiguo Testamento. La segunda cubre desde la llegada de Juan el Bautista y las enseñanzas de Jesús contenidas en el Evangelio, hasta los escritos de Pedro y Pablo.

Los libros proféticos de la Biblia están escritos en un lenguaje alegórico. En el libro de Job, por ejemplo, vemos la alegoría del árbol cortado (muerto) que es renovado, y en la que el escritor bíblico cuestiona si lo mismo no sucederá con el hombre. Dicha alegoría es mucho más cercana al concepto reencarnacionista (un cuerpo nuevo) que al concepto de resurrección (mismo cuerpo)

“Por qué para el árbol hay esperanza: cortado 
puede volver, sin que cesen sus renuevos. Aunque haya envejecido su raíz en la tierra y haya 
muerto en el suelo su tronco” (Job: 14, 7 y 8).
“Si el hombre muere, ¿volverá a vivir? Todos 
los días esperaré hasta que venga mi liberación”. (Job: 14, 14)

El libro de Jeremías contiene un concepto básico de la doctrina reencarnacionista: el perfeccionamiento del Espíritu. A través del uso de la metáfora de la vasija del alfarero que representa las vidas humanas, deja claro que cuantas veces sea necesario, seremos rehechos hasta que alcancemos el objetivo: reconstruir siempre nuestra jornada hasta la perfección.

 “Palabra que de Yavé llegó a Jeremías, diciendo: levántate y baja a la casa del alfarero, y 
allí te haré oír mis palabras. Bajé, pues, a la casa del alfarero, y he aquí que éste estaba 
trabajando a la rueda. Cuando se estropeaba entre las manos la vasija que estaba haciendo, 
tornaba a hacer otra vasija, según cumpliera hacerlo a los ojos del alfarero. Y me vino la 
palabra de Yavé, diciendo: ¿acaso no puedo yo hacer de vosotros como lo hace el alfarero? 
Como está el barro en la mano del alfarero, así estáis vosotros en mi mano”. (Jeremías: 18: 1 a 6)

En la siguiente alegoría, que se encuentra en diversos versículos del libro de Eclesiastés, también llamado El Predicador, y cuya autoría se atribuye al rey Salomón, hijo de David, se puede descubrir una clara referencia a la continua reencarnación de los Espíritus, al incesante ir y venir de la vida humana:
.
“Los ríos van todos al mar, y la mar no se llena; allá de donde vinieron tornan de nuevo, para 
volver a correr”. “Lo que fue, eso será. Lo que ya se hizo, eso es lo que se hará; no se hace 
nada nuevo bajo el sol”. “No hay memoria de lo que precedió, ni de lo que sucederá habrá 
memoria en los que serán después”.
(Eclesiastes: 1: 7, 9 y 119)

Continuará...

Referencias bibliográficas:
- La Sagrada Biblia, Ed. Barsa. The Catholic Press, 1965.
- La reencarnación, o Ley de Karma, Atkinson, W. W. Feliu y Susana Editores, 1920.
- Vocé e a reencarnação, Andrade, H. G., Bauru-SP, CEAC, 2002.
- Investigando la reencarnación, Algeo, I., Ed. Teosófica,1995.
- Introducción a la filosofía cristiana, Étienne, G. Ed. Encuentro, Madrid, 2009.
- Historia de la filosofía cristiana, Philotheus, B. Ed 

No hay comentarios:

Publicar un comentario